Dorado Hardware, cuna de FERRETERAS

¿Será que Dorado Hardware está predestinada a tener siempre una ferretera llevando sus riendas? Karina Sánchez tiene el próximo turno y está calentando el brazo.

EN CIFRAS

46 años de operación

3 generaciones de ferreteros

6,500 pies cuadrados de tienda

14 empleados

6 camiones

A sus 84, don Rosendo se mantiene activo como vicepresidente de la Dorado Hardware. Edgar, la preside.

“Tenemos casi 20 departamentos, almacenes nuevos acomodo diferente, cambiamos el concepto del counter y pusimos góndolas; como una ferretería moderna”

Edgar Sanchez

La fundaron hace 46 años como Ferretería Hermanos Sánchez, aunque en realidad fueron Rosendo Sánchez y su esposa, la naguabeña, Raquel Placeres, quienes levantaron este negocio que en el 2016 cambió al nombre que hoy tiene. Y si Rosendo -que aún vive y lidera otra ferretería más pequeña- trabajó duró en ella, fue doña Raquel el alma de lo que es hoy Dorado Hardware. Su hijo, Edgar Sánchez, actualmente preside la empresa y recuerda con admiración lo que ella hizo.

“Mi mamá fue la empleada número uno de la tienda; ella era la computadora, mientras que mi papá, era la ‘fuerza bruta’. Bregaba con la contabilidad, los empleados, los suplidores… Ella era la emprendedora”, relata el hijo que dice haber “nacido en una cajita de clavos”.

Por eso Edgar no dudó en regresar a la Isla para meterse de lleno en la ferretería y ofrendar su tiempo y su dinero para echar el negocio adelante en un momento en que estaba alicaído. Reinvirtió en el negocio, compró equipo y, llegó María.

“El huracán tumbó los almacenes, pero el edificio principal, no. Gracias al crédito que me dieron unos suplidores pude comprar inventario. Y de ahí, pude resurgir”, comenta del renacimiento del negocio.

Y mucho que ha cambiado desde entonces.

Cosas nuevas

“Tenemos casi 20 departamentos, almacenes nuevos acomodo diferente, cambiamos el concepto del counter y pusimos góndolas; como una ferretería moderna”, explica Edgar, el número seis de los 24 socios del grupo Ferreterías d’ aquí y el papá de Karina, quien, a sus 27 años, se prepara para su oportunidad frente a la empresa familiar.

La joven que estudió Ciencias Naturales da cuenta del camino andado desde sus 21.

“A principio, como todo, es un poquito complicado. Se me hacía bien frustrante, porque a la hora de explicarle [al cliente] tener paciencia es un reto. Como al tener que explicar los códigos nuevos de los ingenieros”, revela.

Pero si de algo está segura es de que ella, ni ningún comprador, sale de la ferretería con dudas. Ella representa a la tercera generación de los Sánchez ferreteros y el legado de doña Raquel, en quien se inspira y aspira a emular con el tiempo.

Karina es una ferretera moderna; aspira a incorporar innovación tecnológica en el negocio.

“Siempre pongo en mente a mi abuela, en cómo ella lo hizo”, asevera la también ex gimnasta, quien se ve en el futuro cercano innovando para adaptarse a las nuevas necesidades de los clientes, que buscan una atención con menos fricción.

Entre esos múltiples y novedosos planes, los que comparte con su padre, está la incorporación de una tarjeta de crédito para comprar en la ferretería, y realizar tool fairs con los contratistas para que conozcan los nuevos productos. Karina heredó la inventiva.

“Ponerse en esos zapatos [de Raquel], no es fácil, pero lo está logrando”, recalca Edgar, quien prepara la heredera para él, tomar un poco de tiempo para “ver mundo”.

Por Militza Suárez Figueroa, Editora

Fotos Carlos López Luna, Franki L. Santana