Reto GRANDE en proyecto pequeño
- Eduardo Cosme Hernández
- Aug 7
- 4 min read
Updated: Aug 8
La obra que incluyó el emblemático puente y el cilindro que ahora une los edificios de Universal Insurance en el Metro Office Park, de Guaynabo, habrá sido pequeña, pero se ganó un lugar en entre las
más complejas de la firma Sierra, Cardona, Ferrer (SCF).

Unir dos espacios creados en momentos diferentes y para suplir necesidades distintas, no fue tarea fácil.
En sus 40 años de existencia, SCF ha hecho importantes proyectos que se han convertido en obras icónicas del País, como el Coliseo de Puerto Rico y el Popular Center Urban Hub. Sin embargo, el arquitecto Segundo Cardona, uno de los socios fundadores, asegura que unir dos espacios, creados en momentos diferentes y para suplir necesidades distintas y a través de un puente, no fue tarea fácil.

“Nunca he hecho un trabajo tan complicado y tan pequeño. Tuvimos la mayor densidad de problemas que se pueden encontrar en cualquier proyecto de diseño y construcción, pero en un espacio pequeño, con muchos elementos distintos y a veces disonantes. Ese fue el mayor reto. Hay proyectos que son muy densos porque hay muchas cosas pasando. En el caso del Coliseo fue muy complicado, pero era mucho más grande, y se diluyen muchos problemas en el espacio. Pero es curioso cuando uno tiene que trabajar tan agudamente
para resolver tantos problemas en un espacio así; para mí fue la primera vez”, confiesa.

Al explicar los pormenores de esta obra en Metro Office Park, Cardona resalta una interesante coincidencia. Se trata de dos edificios que son obra de SCF: uno diseñado para la agencia de publicidad De la Cruz & Asociados en la década de 1980 y el otro para Universal Insurance Company en los 90. Años después de edificar ambas estructuras, la compañía aseguradora adquirió edificio de la agencia de publicidad. Así surgió la necesidad de conectarlos a ambos con un concepto que hoy caracteriza esta propiedad
en el municipio de Guaynabo.

“Lo que tiene de particular el edificio Universal es que se construyeron un estacionamiento y un edificio de oficinas de manera independiente, y contando que no hay un ángulo recto
entre ellos. Por esa razón, la conexión entre ambas estructuras se hizo con un espacio cilíndrico [en concreto] que se ha convertido en el elemento más emblemático de ese proyecto”, detalla Cardona.
El reto era grande; había que conectar edificios con estilos, materiales y expresiones distintas. Cada cual tiene su carácter, su materialidad y su expresión, con elementos nuevos
y extraños al diseño original de cada cual. Pero, en este caso, hubo lo que Cardona llama una “casualidad feliz”. El nivel del segundo piso del edificio De la Cruz coincidió casi exactamente con uno de los niveles del edificio de oficinas de Universal y permitió
conectarlos.

Tuvimos la mayor densidad de problemas que se pueden encontrar en cualquier proyecto de diseño y construcción, pero en un espacio pequeño, con muchos elementos distintos y a veces disonantes.
— Arq. Segundo Cardona

Design opportunity
El hecho de que ambos edificios terminen en la calle principal de Metro Office Park les brindó la oportunidad de añadir una pieza tan funcional como llamativa: un puente acristalado con el logo de la compañía, en formato grande. Ese elemento crea una conexión visual entre ambos edificios y, además, una interconexión física.
“Ese reto no se traduce solamente en un tema estético, sino también en uno técnico, de construcción, de cómo conectar recursos que no sean tan invasivos, hasta trabajar para que los techos no filtren entre dos edificios que, incluso, se mueven de forma distinta por el efecto sísmico o del viento”, añade el arquitecto. Al mencionado desafío se añadió un
tercer espacio: la construcción de una cafetería que conecta el edificio de oficinas y el estacionamiento.
“Esa cafetería se hizo en el espacio residual entre el edificio estacionamiento y el edificio de oficinas. Ese es una área también trapezoidal que queda en el medio, y ese proceso
duró dos años. Con el mismo proyecto de la cafetería se hizo el puente”, recuerda el galardonado arquitecto.

Materiales que también conectan
Para Cardona y su equipo, la cafetería debía cumplir con su propósito práctico, pero sin desentonar con la fachada de los edificios principales. Eso los llevó a trabajar con materiales
y técnicas constructivas singulares.
“Lo que se usó en la fachada de la cafetería fue un entramado que se usa en pisos industriales. Este material no está hecho para usarse en fachadas, ese no es su propósito original. Pero yo le vi un potencial en el sentido de que es un material muy resistente, no
requiere mantenimiento y crea ese efecto de una superficie completamente lisa, que cuando uno se aleja lo ve como una superficie sólida. Sin embargo, cuando uno está dentro del edificio, ve pasar la luz a través de los huecos”, explica Cardona sobre el uso del fiber glass grating.
Finalizada la obra, que tomó dos años en construirse, Segundo profesa una gran satisfacción por los grandes frutos que rindió todo aquel esfuerzo. Sin embargo, confiesa la curiosidad que experimentó de saber cómo pudo haberlo hecho incluso mejor.
“Uno no se puede quedar satisfecho al ciento por ciento con todo lo que hace; uno tiene que ser su mejor crítico, para que la próxima vez, en el próximo proyecto, pueda aplicar todo lo que aprende en el anterior. Uno no deja de aprender, no importan los años”, concluye uno de los arquitectos con más veteranía en la Isla.
Por Liz Sandra Santiago
Fotos Gil Stose
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